Vendido / Sold
Participó con frecuencia en exposiciones, logrando incluso una Mención Honorífica en la Nacional de Bellas Artes de 1897. Su aportación a la Internacional de 1919 fue favorablemente valorada por la crítica: De Pilar Bermejo, unos cuadros sobrios y bien dibujados, que demuestran gran manejo de la paleta (Fernando Segura. El Cantábrico, 22 de Agosto de 1919) Destaca como copista excepcional habiendo expuesto en solitario, en los salones del Ateneo (Abril de 1916), una colección de cuadros que eran copias de obras antiguas existentes en los Museos del Prado y de Arte Moderno de Madrid, siendo la pieza analizada una de ellas.